Es chistoso cómo la vida da tantas vueltas (y tan extrañas). El viernes pasado fui al concierto de Acordes por la Paz, que se hizo en el Parque Central. Ahí me junté con el Pato y estuvimos en backstage la mayor parte del tiempo. Sin embargo la situación cambió radicalmente. De pronto nos vimos obligados a jugar el papel de bouncers porque mucha de la mara se extasió tanto que se saltaban la barra de contención.
Lo chistoso de todo es que, como le decía al pato, seguramente éramos los dos tipos más enclenques, flacos y debiluchos del lugar, pero ahí estábamos controlando a las masas.
*Foto tomada por el pato
Comentarios
... me apunto!
Haciendo cuentas te debo como mil cafes y unas cuantas gallo.
jajaja, pero ya en serio, pa cuando?
Engler: mano, qué te puedo decir, hay males necesarios. Mi amigo pato y yo sólo jugamos a serlo esa noche, para evitar clavos.
Abril: pues vos me dirás guapa, y si, hubiera quedado genial esa noche, pero ya sabés que dicen que los hubieras no existen. Esta semana puede ser. Escribime y quedamos