Orugas electrónicas




Imagina el paso de tiempo desde la perspectiva de una oruga que recién dejó el huevo y busca el alimento necesario para que, en las siguientes dos semanas (dos años para algunas especies) deba mudar de piel hasta alcanzar la madurez y pasar a otro estadio de su evolución.

Imagina, además, que toda esa búsqueda por alimento, constante movimiento y dedicación por convertirse en un ser más perfecto, más fuerte es similar a lo que le ocurre al ser humano como especie. No es inaudito pensar que, en la escala del tiempo cósmica, la existencia de esta especie avanzada se pueda reducir a dos semanas, período en el que el ser humano ha estado en un constante movimiento para hacerse más fuerte, más perfecto, alistándose para su siguiente etapa evolutiva.

Porque si lo piensas, dejando de lado todo el apego emocional e intelectual hacia la existencia humana, el fin último de cada acto que se ha hecho durante la historia reciente, ha sido para mejorar la experiencia humana en todo sentido.

Orugas - GIFMANIADesde la revolución industrial, la humanidad ha aprendido a moverse más rápido, surcar los cielos, dejar el planeta y visitar el espacio, comunicarse con dispositivos inalámbricos, almacenar gigas y gigas de información en dispositivos del tamaño de una moneda de 25 centavos, tener acceso a la toda la información posible en la palma de la mano, a crear alimentos más eficaces y aprovechables para el organismo, alargar la vida y tantas cosas más que nos han hecho separarnos tanto de nuestros antepasados que surgen nuevas dudas acerca del siguiente estadio de la humanidad como especie.

¿Será acaso que estamos siendo una especie de oruga electrónica para dar paso a una especie totalmente diferente? ¿Es el ser humano la especie última en la evolución del pensamiento? ¿El mundo que conocemos hoy será el más adecuado para los seres pensantes del futuro?

Nada es estático, todo está en movimiento constante y, según lo creo, el ego y el narcisismo de la humanidad actual se llevará grandes sorpresas si no termina de entender que nada puede detener esos cambios. La naturaleza y la realidad (al igual que el tiempo), como les conocemos, son solamente construcciones sociales determinadas por nuestro entorno, entorno que está sumamente influenciado por nuestros anhelos y aspiraciones, pero que distan enormemente de la esencia de la vida y la existencia misma.

No queda más que aprovechar nuestro tiempo como orugas, disfrutarlo, aprender a sobrevivir y mimetizarnos con lo que nos rodea y alistarnos para dar paso a la siguiente etapa de nuestra evolución. Al final, no hay otra alternativa.





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