GT/30 II


Despacio abro los ojos. Temo encontrarme con una realidad fea y gorda. Toparme con rollos de incoherencia repartida y exigida por las masas. No hay dinosaurios, o al menos no aquellos que se contonean en el celuloide. Estos dinosaurios desafían el presagio de destrucción y mantienen su línea de indiferencia.
Sin embargo mis entrañas me siguen pidiendo que culmine la huida iniciada hace nada. Nanosegundos que se acumulan y se quedan rezagados ante el deseo de la meta final…


Mis oídos se alimentan de retumbos progresivos. La eternidad brinca ante tanta palabrería. – Dame fuego!! – A veces no entiendo y me quedo encerrado en un agujero vacío de sentido.

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