Representaciones "cívicas"


Bueno, no me puedo quedar con las ganas. Sé que ya pasó la época y que ya no tiene mucho sentido hablar del tema, pero la idea de escribir al respecto me ha estado rondando la cabeza desde que empezó septiembre. También soy consciente que cuando toco estos temas, reacción de quienes los leen, por lo general, es de tacharme de negativo, antipatriota, retrasado social o qué sé yo. Corriendo esos riesgos me animo a escribir acerca de las ridículas tradiciones “cívicas” que se realizan en “honor” a la patria.

Antes que vomitar insultos hacía dichas tradiciones, en las que los desfiles escolares se llevan el primer lugar a la incongruencia, creo más constructivo cuestionarlos. He leído y escuchado mucho durante muchos años que estas actividades “inculcan” un amor a la patria, sin embargo dicha aseveración, para mí, no tiene mucho sentido. ¿Es amor a la patria aprenderse algunas marchas marciales, ensayarlas durante seis meses del año escolar (perdiendo tiempo de estudio y aprendizaje), contaminando el ambiente con ruido innecesario y desfilando por las calles ocasionando congestionamientos vehiculares? ¿Es amor a la patria cambiar dichas marchas marciales por canciones con ritmos de merengue, reguetón, cumbia y salsa? ¿Es amor a la patria correr por las calles y avenidas de la ciudad, pueblo, aldea o cantón, sosteniendo una “antorcha” hecha de latas de fríjoles volteados ducal? Yo digo que no.

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Por ahí leí una columna en elPeriódico en el que una persona comentaba, con respecto a los recorridos de las antorchas, que era mejor ver a los jóvenes correr por las calles sosteniendo una antorcha, que representa el espíritu patrio ¿?, que verlos involucrados en pandillas juveniles. Cierto, pero de igual forma ¿no sería preferible ver a los mismos chavos leyendo, sentaditos en una biblioteca, o asistiendo a museos, galerías o, si lo desean, jugando futbol?

Por otro lado también me pregunto, en lugar de estar repitiendo la misma historia de los símbolos patrios (como si la vida fuera una réplica de las misas donde se dice exactamente lo mismo todos los domingos desde hace unos 1800 años) ¿no sería mejor enseñarles a los niños a cuidar del medio ambiente para que más ceibas, monjas blancas y quetzales puedan reproducirse en sus hábitats verdes y ecológicamente equilibrados? No sé qué es más triste, si ver a niños dorándose bajo el sol del 15 de septiembre frente al Palacio Nacional de la Cultura o ver a niños, en cualquier lugar, hora y época del año, tirando basura en la calle de una forma tan despreocupada.

Todo esto puede sonar muy mojigato o moralista, pero es que, para mí, es la verdad.
Como en la mayoría de manifestaciones populares que critico, creo que cada quien hace lo que se la da la gana. Si la mara quiere gastarse miles de quetzales en un uniforme de banda escolar que con el tiempo se apolillará, pues adelante. Sin embargo no hay que ser hipócritas y creer que con eso basta. Todo ese dinero que se desperdicia en esas farsas, bien podría aprovecharse en actividades más útiles para los niños y la sociedad en general.

Para mí estas representaciones se pueden comparar con las pintas que hacen los sindicalistas cada vez que salen a manifestar: ¿qué culpa tienen las paredes, los vecinos y el pueblo en general que vivamos en un país donde el Estado es inoperante? ¿Acaso las manifestaciones públicas son el único camino, o el más eficaz, para lograr cambiar la realidad del país? ¿Es eso suficiente?

Yo por lo pronto me declaro permanentemente en contra de la mayoría de ellas, especial y fundamentalmente de las del mes de septiembre, y espero que el día de mañana mi hijo no se vea tentado a participar en ellas, porque eso significará una segura discusión mía con su mamá y una gran desilusión para él.

Comentarios

Abril ha dicho que…
Mi Jorge!, cuando vi la foto de las piernas de las chicas... pense que inciarias a hablar de las modelos.... sorry!.... Pero me tenes razon, muchas de las costumbres (porque eso son) que se realizan en la cultura guatemalteca perdieron sentido ufff desde hace tiempo.

Sin embargo yo te dire, disfruto mucho de ciertas "costumbres septembrinas" pero para empezar... el lugar... mmmmm otro dia te cuento de donde.
Pero a pesar de eso, nunca me gusto participar en nada de nada, y menos correr en la calle. Bueno cada quien tiene sus gustos.

Abrazos.
Jorge Rodríguez ha dicho que…
Jajajajaja, mmmm qué te puedo decir, aún no ha llegado el momento de escribir acerca de las piernas de las mujeres jajaja. Y bueno, pues me alegra mucho saber de vos. Yo en realidad si no soy muy amigo de ninguna de estas actividades, pero ni modo, cada quien hace lo que tiene que hacer para sentirse bien.

Un abrazote, cuidate mucho.