Sin nombre (pa' no condicionar)


Conversaba con una amiga la otra vez y ella me hizo el comentario de que yo era una persona “muy fácil” y que “me regalaba” muy rápido. Yo le respondí con una sonrisa y le dije “para que hacerte el difícil cuando es algo que te hace sentir bien?”. Esa es básicamente una de las lecciones que he obtenido de la vida. Dicho esto paso a lo siguiente: cuando las cosas se me complican, sabiendo que ambas partes estamos disfrutando, me confundo.

Escribo esta misiva, y me disculpo al expresar esto de forma tan “pública”, pero como decía antes, lo confuso de la situación, lo complicado de tu carácter, y la indiferencia que he sentido en las últimas semanas, me cohibieron a hacerlo en privado. De igual forma, no creo que nadie sepa quién sos vos. Incluso, no sé si vos llegarás a saber que sos vos, pero igual. Los blogs a veces sirven de catarsis y esta es una de esas ocasiones.

Lamento mucho que las cosas se hayan enfriado. Lamento mucho que la química que había entre nosotros haya entrado en estado de letargo. Lamento tu indiferencia hacía mis intentos de acercarme. Lamento que mis intentos de acercarme hayan sido timoratos y débiles. Lamento que el tiempo no haya estado de nuestro lado.

En alguna ocasión te dije que la espinita estaba ahí, y sigo considerando que ahí sigue. Sin embargo, visto lo visto, ahí se quedará por un buen tiempo. Creo, como dije anteriormente, esto es más una especie de liberación de cargas emocionales. Me hubiera gustado indagar en tu mente y saber cómo funciona. Me hubiera gustado compartir tardes con vos platicando sentados frente a cualquier cosa y explorarnos mutuamente, descubrirnos.

Pero, no se pudo. Ni modo, la vida sigue. Mi forma de actuar en estas situaciones seguramente no caza con lo que vos podrías esperar. Probablemente sea a la inversa. Seguramente sea de los dos lados jejejeje. Si algo aprendí mientras duró fue que de complicados y cerrados nos damos taco en ver quien se saca el primer lugar.

Para no alargar, te digo que espero que el tiempo juegue a nuestro favor en algún momento, y que, si ese momento llega, las ganas de compartir y descubrir sean mayores que el miedo a dejarnos conocer y ser vulnerables. Buena onda por todo, yo siempre querré ser tu cuate, y si me dejás ahí estaré.

Comentarios

PROSÓDICA ha dicho que…
Snif, snif, snif. Mano, qué lindo, qué sincero... bien sentido. Habrá que unir los puntos a futuro, habrá que unirlos...

abrazotes, que venga la siguiente.
David Lepe ha dicho que…
Es uno de los textos tuyos más sinceros que he leído en estos tiempos. Me gustó.