Calles que día a día se ven colmadas de gente de muchos estratos sociales, casi todos de la media para abajo, hoy “disfrutaron” de visitas atípicas, unidas por el deseo de transformar un país convertido en escenario clásico del libro de las Revelaciones (Apocalipsis). Los pies que marchaban hoy no estaban cubiertos por tiras de cuero clavadas sobre suelas de resto de llanta. Los gritos que inundaban el cielo no venían de estómagos vacíos y hambrientos. Las consignas no solicitaban dignidad y respeto al derecho de existir. Los rostros de los presentes no mostraban los surcos que el viento, la pobreza y la miseria marcan al guatemalteco promedio. No hubieron largas caminatas, ni gente madrugadora.
Esta vez la exclusividad formó parte de esa pequeña masa que exigía justicia. Lentes de marca, celulares al oído con mensajes de “estamos en el parque, venite, acá está fulanito y sultanita”. Zapatos de tacón alto, marca Giorgio y gorras con los logos de Converse o Gap. La gesta no se inició al lado de una ceiba, ni en el seno de las montañas del altiplano. El mensaje se propagó vía FB y High Five. Los carros tipo agrícola (de doble tracción) hacían su parada frente a catedral esperando, aunque sea por un momento, al valet parking. El objetivo: hacer ver que cada quien lucha su lucha.
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De pronto las consignas empezaron a sonar a exigencias. “Que salga!!!!” gritaban indignados y enfurecidos, esperando que el maltrecho gobernante diera la cara. Y por qué no exigir? Por qué no esperar que con su presencia obligaría al presidente y su séquito a salir con el rabo entre las patas y presentar su renuncia ipso facto? Por qué no creer que ellos son especiales? Por qué no olvidar las veces que maldijeron a otros manifestantes por interrumpir el paso de sus vehículos y hacerlo esta vez ellos? Por qué no hacer de esta víctima de la violencia un “héroe de la democracia” dejando de lado a los miles que mueren año con año?
Y luego el aire del centro se vio inundado por las letras del himno nacional, usualmente utilizado en protocolos y partidos de fut. Esta vez fue invocado como un canto de guerra¿?, un recordatorio de que en el país existe gente libre con la capacidad de elevarse desde sus cenizas¿?. Las banderas guatemaltecas pasaron de ser piezas mercadológicas a ser íconos de un patriotismo que sólo es palpable en campañas publicitarias.
Al final, se ven videos y fotografías en youtube, facebook, flickr, hi5 o cualquier red social con el mensaje de que “en Guatemala estamos unidos en contra de la impunidad y la violencia”. De pronto veremos en nuestros teléfonos una campaña en la que se lea Si estás en contra de la impunidad envía ANTI al *415 y de paso gánate un plasma de 32”. Cintas blancas adornando el ornato de la Avenida Las Américas y la Reforma. Rallys a favor de un país en paz. Firmas, campañas, boletínes, playeras, pulseras, sitios web, foros.
Y después de todo eso, ¿qué pasará? ¿Ese será el máximo esfuerzo que hará una sociedad en la que unos luchan por su derecho a comer y a vivir dignamente y otros porque puedan estacionar su carro en la zona viva con la certeza de que no se los abrirán? ¿Merece la pena hacer mártires tan a la ligera? ¿Son esas muertes en vano, o simplemente se convierten en la comidilla de la semana, para así poder escaparnos de nuestra triste y decadente realidad?
No pretendo desvirtuar este movimiento, ni irrespetar la memoria de una persona que tuvo el valor suficiente, teniendo la certeza de que iba a pasar lo que pasó, para hacer lo que hizo. No pretendo minimizar las quejas de los guatemaltecos que se sienten indignados por vivir en una sociedad en donde lo que menos importa es el prójimo. Si es mi intención considerar que si bien este tipo de manifestaciones son totalmente válidas, también lo es hacer más que esto. Dos cartulinas con letras de “asesino” o “que renuncie” no son suficientes para lograr un cambio real en esta sociedad.
Comentarios
Los que hoy fueron a esa manifestacion pueden hacer mucho mas y no hablo de derrocar al gobierno, hablo de que son los dueños, de los que piensan que en este pais los que no tienen dinero es porque no trabajan. Incapaces de ver mas allá y si, seguro que pueden hacer mucho mas que dos cartulinas...
Saludos,
(es hi5, no high five. Utilitario, no agricola)
Sinceramente creo que he visto muchos comentarios, que si son de pisto, que si en facebook, que si son de la zona 14, que si era abogado prominente, creo en verdad que no tiene nada que ver! Por favor en estos momentos lo que cuenta es que tuvieron las hagallas, que por cierto no muchos las tienen ultimamente, de salir a manifestar, a dar la cara, cuando hoy en dia la gente no quiere ni usar su verdadero nombre para dejar una opinion en una edicion electronica de periodico.
Lo que a Guatemala le hace falta son hue ... (y perdonen la expresión) independientemente, que si vivis en la zona 3 o en la 14, si tenes carro o usas la camioneta, la valentia no tendria a mi parecer nada que ver con la clase social.
He visto gente de bien morir, a otros sufrir aunque no estan muertos y es como si lo estuvieran, que Dios los perdone entonces por haber vivido en la zona 10, pero fueron personas que dieron la vida por este pais, literalmente dieron la vida!!! Y nadie habló de ellos, nadie salio a manifestar, nadie agradeció publicamente ni le llamó heroe (por miedo) y no por eso le voy a restar mérito a lo que con inteligencia según mi punto de vista hizo el Lic. Rosenberg. Todos tenemos formas distintas de pensar, de manifestar lo que pensamos correcto y ese es un derecho inherente, yo creo que la pregunta sería, qué estamos haciendo nosotros?
Mendoza: Al igual que Engler, te doy la razón, si no estoy mal, fue en 1944 la última, y si no la última, una de las últimas, manifestación que si tuvo efecto en una situación que afectaba al país. De ahí cada una de las marchas se han quedado en balas al aire, sin que hayan existido consecuencias en pos de un cambio.
Mili: Pues qué te puedo decir, no desvirtuo a nadie, ni pienso que su valor aumenta o decrece dependiendo del lugar donde vivan. Como bien lo comentaron Engler y Mendoza, ya es hora de hacer algo más que manifestar nuestro repudio y horror. Es hora de actuar y generar cambios palpables.
Buena onda saber de vos