Música sinvergüenza

¿Es posible creer que la canción “te quiero tanto” del grupo juvenil mexicano OV7 sea considerada como una de las más importantes en la década de los 90’s? Timbiriche, Garibaldi, la banda el recodo o las víctimas del doctor cerebro. Grupos que fueron importantes, comercialmente hablando, en el vecino país, pero que en ningún momento deberían de considerarse determinantes en el curso histórico de la música en español en el siglo pasado.

Y es que, según mi punto de vista, una canción o un grupo musical pasan a ser importantes e influyentes dentro del seno musical, ya sea local, regional o mundial, si su música llega a trascender estilos, géneros e idiomas. O bien deben de representar una enorme influencia para los grupos contemporáneos y de generaciones posteriores. O bien, retratar de una forma genial, creativa y rompeparadigmas, la realidad que circunda en esos instantes. Sin embargo dudo mucho que los Fantasmas del Caribe o Mónica Naranjo hayan conseguido este tipo de cosas.

Todo esto lo digo porque en los últimos días de diciembre, el canal VH1 latino realizó un conteo en el que se mostraron las 100 canciones más importantes de la década de los 90’s en español. La pregunta es ¿Qué se creen los productores de este programa? ¿Acaso México es el único país que hace música? ¿Acaso todo lo que se produce en México es lo mejor? Y me sigo preguntando ¿Dónde quedan los Fito Paez, Joaquín Sabina, Charly García, Soda Stereo, Aterciopelados? Incluso creo que Vilma Palma e Vampiros tuvo mucha más influencia en la juventud noventera latinoamericana que Martha Sánchez.

Pero bueno, creo que es una muestra del gran complejo de inferioridad que tienen los mexicanos ante el potencial y el poder del resto de países latinoamericanos. Lamentablemente soy de la idea de que la música en español, aparte de los grupos tradicionales como Café Tacvba, Molotov y los mencionados anteriormente, no han dado el gran paso que se les exige y por la condición de importadores que los latinoamericanos tenemos, damos más importancia a lo que viene de afuera, lo copiamos mal, y le ponemos la etiqueta de producto nacional, sin tomar en cuenta calidad, representatividad y estilos.

Buena amigos de VH1 por demostrar que en Latinoamérica no se le presta coco a lo bueno sino a lo que vende y nos hace quedar en ridículo.

P.D. Por cierto, aunque no trascendieron a nivel latinoamericano, creo firmemente que al menos Peces e Iguanas de Bohemia Suburbana debió de haber estado en esa lista.