Sindrome de la camioneta

Apretado, sintiendo respiraciones varias por sobre todo el cuerpo. Y no son esas respiraciones ricas que uno busca en compañía de alguien especial, o no tan especial, pero alguien a quien uno invitó a estar dentro de nuestro propio espacio personal. Y así como esas respiraciones son agradables cuando uno las solicita, o las permite, de igual forma son desagradables y molestas cuando vienen sin anunciarse. De igual forma son los roces físicos. Que te agarro una nalga. Que te pongo mi sudado cuerpo sobre el tuyo. Y por ahí, por esa cercanía vienen los olores intensos, olores naturales que todos expelemos, pero que en situaciones de aglomeración, aunado a los pobres hábitos de higiene de muchas personas, estos se vuelven insoportables.

Esa es la situación extrema que se puede vivir dentro de un vehículo del transporte público guatemalteco. Sin embargo creo que este es un referente para muchas cosas que suceden en situaciones diversas. Por ejemplo, a veces me ha tocado ir sentado en la camioneta, no es una situación de caja de sardinas, sino más bien la mayoría de pasajeros van cómodamente sentados. Yo voy muy tranquilo, viendo por la ventana el paisaje urbano desordenado de nuestra ciudad, pensando en mis rollos. De repente siento que la persona que está sentada a la par mía, empieza a mover su pierna y pegarla junto a la mía. Luego sus brazos empiezan a invadir mi espacio personal. De repente, y sin ningún descaro, la persona, sea hombre o mujer, vieja, joven, gorda o re gorda, ya está encima de mí, y claro decir algo es como instar a la violencia, y faltar a las normas del buen estar (claro yo si le he reclamado a varias personas, después de haber sido "sutil" y pegarme lo más que he podido a la ventana).

Otra situación. Un salón de clases, una sala de conferencias, o cualquier lugar en donde se realicen actividades con grupos de gente numerosos. Pues eso, el grupo numeroso de gente no gusta de distribuirse equitativamente a través del espacio que la habitación ofrece. No, eso sería demasiado cómodo, adecuado e ideal. La realidad es que todos se aglutinan cerca de la puerta, apretados y sintiendo respiraciones sobre el cuello. Si uno quiere salir o entrar, mínimo hay que sentir cosas que uno realmente no quiere sentir.

¿Por qué será que a los guatemaltecos les gusta estar amontonados unos sobre otros? Mi teoría es porque la mayoría siente una necesidad de codependencia. Esa onda de si estoy cerca de alguien, o de muchos, no me va a pasar nada. Claro, en una camioneta tiene sentido, mientras más gente haya, menos posibilidades de un asalto, a mano armada al menos, porque cualquiera te puede tocar, sacar cosas de la bolsa, o cualquier cosa que pueda ocurrir en estos espacios reducidos.

Para mi, lo de las camionetas es un tanto insoportable, pero hay que hacerle ganas, porque si no tenemos carro, ni modo, a pagar el quetzal. En cuanto a las otras situaciones que se dan, me da bastante risa. El síndrome de la camioneta se manifiesta en cualquier lado.

La imagen es de http://www.guate360.com/galeria/data/media/9/IMG_2549.JPG

Comentarios

el VERDE !!! ha dicho que…
bueno, yo confieso q he tenido muy buenas restregadas en las camios q van llenas... jajaja, tanto al ir de pie como sentado. Cómo llamaríamos a esto "hombro-masturbación"???...
Seletenango ha dicho que…
fuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, esto trae recuerdos gratos e ingratos a mi mente...la verdad es toda una aventura, quien no a recibido su respectiva sobijeada!
Jorge Rodríguez ha dicho que…
Verde: jajajaja, no sé vos, yo no me quiero meter en tus experiencias sexuales en público jajajaja. Lo bueno es que cada quien las vive como mejor les parezca jajajajaja

Selene: Si son gratos, creo que has de hablar con el Verde para ir juntos en alguna camio jajaja. Así definen las nuevas posiciones sexo-camioneteras. Quién dijo que en los buses sólo asaltan y matan?? Tambien puede divertirse uno no jajajaja
Anónimo ha dicho que…
el verde no es el unico, sin querer he sido parte de alguna q otra "hombro-masturbación" en un bus, nada agradable pero sucede, en especial si vas en ruletero a eso de las 6 de la tarde con el chofer con tremendo mucoton, es cuando miras la camio convertida en chiva