Curioso cómo ésto del diario virtual supone una especie de terapia individual. Recuerdo que antes los psicológos, no sé aún lo harán, aconsejaban escribir los pensamientos de uno en un papel. Si el asunto era librarse de malas vibras, el auto sinceramiento serviría como buena terapia, la cuestión era sacar lo que se sentía y dejarlo ser, plasmado en un pedazo de papel. En esos entonces, nadie más sabría de éstos pensamientos, ideas o demonios. La cuestión era sacarlos.
Pero ahora las cosas son diferentes. Ahora ya no se escribe tanto en papel, y más bien estamos atados a un teclado y un monitor. La dinámica puede ser la misma. Si no queremos que nadie conozca nuestros pensamientos, pues simplemente guardamos misdemonios.doc, y simple, ahí se queda refundido en Mis documentos y listo. Pero también está la otra opción. Crear un blog, escribir, sacar, desahogarse y listo. Peeero, ésto lo pueden ver uno o diez o mil. Depende de la popularidad del espacio.
Tanto preámbulo me lleva a lo siguiente: hoy pensando en mi chavito y la situación de que lo veo cada cierto tiempo entendí que es probable que mi influencia sobre él es tan positiva y tan de ahuevo, sin hacer referencia al blog del Edgar, porque no es diaria. Y eso tiene mucho sentido. Realmente tengo la fama, o más bien la costumbre, de ser un personaje ausente perpetuo. Aparezco y desaparezco. Mucho de mí suele hastíar, cansar o aburrir.
Pues éste descubrimiento, lejos de bajarme los ánimos, me abre los ojos. Ahora comprendo muchas cosas, y me prepara para eventos futuros. Creo que todo es cuestión de que sepamos manejar nuestras fortalezas y debilidades. Cuando lo logramos, o cuando empezamos a entender realmente cómo funcionamos, creo que es cuando mejor nos puede ir, o al menos manejar de una forma más adecuada todas las situaciones que se nos presentan en el tiempo que tenemos.
Por ahí me entero de la mara que se separa de sus parejas. Amigos que dejan de serlo, gente que se queda sin chance, o simplemente cuando nos toca abrirnos a nuevas experiencias con gente nueva que entra a nuestras vidas. Ahora entiendo cómo me puedo ir mejor, y a lo mejor ésto me ayude a evitarme hacerme preguntas a mi mismo como "por qué a mí?" o por el estilo.
Espero que éste nuevo descubrimiento me ayude a afrontar las cosas que se me vienen en el futuro cercano. Ha llegado el momento en que ciertas cosas tienen que cambiar, si o si. Al igual que una batalla, todo es cuestión de estrategías, y el que tenga las mejores diseñadas, será el que se lleve la victoria.
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